--No comprendo exclamó Fotheringay con voz entrecortada --
¿que habrá ocurrido? ¿Una tempestad? por lo visto he debido hacer algo mal.
Después de mirar lo que el viento y los batientes
faldones de su chaqueta le dejaron, continuó.
En el cielo parece que está todo en orden. Allí está la
Luna, lo demás también está, ¿pero donde está la Ciudad?; ¿donde las calles y
las plazas?; ¿de donde viene este viento? Yo no he mandado que haga viento.
Fotheringay intentó ponerse en pié, pero no pudo; por eso
iba andando a gatas, sujetándose a las piedras y a los salientes del terreno.
La verdad es que no había a donde ir, puesto que todo lo que se podía ver
por debajo de los faldones de la chaqueta, que el viento le había puesto
por montera, era un cuadro de completa desolación."En el Mundo algo se ha
descompuesto, pensó, pero no se ni lo que es".
Y efectivamente algo se había descompuesto, no se veían
casas ni árboles, ni seres vivientes, no se veía nada, solo ruinas
deformes y restos heterogéneos yacían por doquier y apenas se podían
distinguir en medio de ese huracán de polvo.

Fotheringay
comprendió que el prodigio que acababa de hacer le había salido mal. Sintió una
profunda repulsión por todo hecho semejante y se prometió así
mismo no hacer más prodigios en su vida. Pero antes tenia que reparar el mal
que había causado, y que no era pequeño. La tempestad seguía desencadenada,
nubes de polvo eclipsaban la Luna y se oía ruido de agua que se acercaba.
Brilló un relámpago y a su luz pudo ver Fotheringay como un muro de agua
avanzaba hacia el vertiginosamente cobro valor y dirigiéndose al agua
gritó; -- ¡Alto! ¡Ni un paso más! después repitió órdenes semejantes a los
truenos, a los relámpagos y al viento.
Por fin se hizo la calma.
(del libro 2 fisica recreativa de Y.Perelman.)
(del libro 2 fisica recreativa de Y.Perelman.)
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