El ingenioso escritor francés del siglo XVII Cyrano de Bergerac cuenta en su historia cómica de los Estados e Imperios de la Luna (1652), entre otras cosas, un caso sorprendente que, según dice, le ocurrió a él mismo.
Un día, cuando estaba haciendo experimentos de física, fue elevado por el aire de una forma incomprensible con sus frascos y todo. Cuando al cabo de varias horas consiguió volver a tierra quedó sorprendido al ver que no estaba ni en Francia, ni en Europa, sino en América del Norte, ¡ en el Canadá ! no obstante, el escritor Francés consideró que este vuelo transatlántico era completamente natural.
Para explicarlo dice que mientras él "viajero a la fuerza" estuvo separado de la superficie terrestre, nuestro planeta siguió girando, como siempre , hacia oriente, y que por eso al descender sentó sus pies no en Francia sino en América.
¡Qué medio de viajar más fácil y económico! No hay más que elevarse sobre la superficie de la tierra y mantenerse en el aire unos cuantos minutos para que al descender nos encontremos en otro lugar, lejos hacia occidente. ¿Para que emprender pesados viajes por tierra y por mar, cuando podemos esperar colgados en el aire hasta que la misma Tierra nos ponga debajo el sitio a donde queremos ir?

El aire ( o mejor dicho, su capa inferior y más densa) gira junto con la Tierra y arrastra consigo todo lo que en el se encuentra: Las nubes, los aeroplanos, los pájaros en vuelo, los insectos, etc,etc,. si el aire no tomara parte en el movimiento de rotación de la Tierra sentiríamos siempre un viento tan fuerte, que los huracanes más terribles parecerían ligeras brisas comparadas con el.
Porque lo mismo da que estemos nosotros fijos en un sitio y que el aire pase junto a nosotros o qué, por el contrario sea el aire el que está quieto y nosotros los que nos movemos dentro de él.
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