Después de una prolongada juerga, el oficinista de los prodigios, que temía llegar a su casa de madrugada, pensó aprovechar su poder para alargar la noche. Pero, ¿cómo hacerlo? Había que mandar a los astros que se parasen en el firmamento.
El oficinista no se decidió a realizar esta hazaña de golpe. Entonces su amigo le aconsejó detener la Luna. El miró atentamente, lo pensó y dijo; -- Me parece que está demasiado lejos para esto......,¿Qué piensa?
--por probar nada se pierde -- insistió Mading ( que así se llamaba el amigo. Y.P.) Si no se para haga usted que deje de girar la Tierra. no creo que esto perjudíque a nadie. -- verdaderamente dijo Fotheringay (el oficinista. Y.P.) --, Puedo Probar.
Adoptó una postura imperativa, alzó los brazos sobre el mundo y dijo solemnemente:
--¡Detente Tierra! ¡ Deja de Girar !.
No llegó a terminar la frase cuando el y su amigo volaban en el espacio a una velocidad de decenas de millas por minutos:
Esto no le impedía seguir pensando. En menos de un segundo razonó y se dijo así mismo: Pase lo que pase , lo que hace falta es que yo salga vivo y sano.
Hay que reconocer que este deseo fue expresado a tiempo, porque unos segundos después cayó sobre Tierra recién removida y junto a el, sin causarle daño, pasaban piedras,trozos de casas,objetos metálicos..... ; pasó volando hasta una pobre vaca, que se destrozó después de chocar contra la Tierra. El viento soplaba con una fuerza terrible;él no podía ni levantar la cabeza para mirar a su alrededor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario